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Hola, somos Wilson y Carmen, un matrimonio que hace más de 26 años iniciamos la mayor de las empresas: convivir.

Con tres hijos y un hermoso nieto, podemos decir sin lugar a dudas que nuestro balance al dia de hoy es muy positivo, Dios nos ha bendecido de mil maneras, y a las puertas del medio siglo de vida, estamos en la mejor etapa de nuestra existencia. Por ello creamos este Blog, para compartir con quien las quiera recibir, las bendiciones que Dios nos ha dado a través de Su palabra, y los tips que nos llegan para tener una vida más saludable y placentera.

Y de eso se trata Vivir Mejor, de compartir. Queremos compartir contigo las cosas que nos han llevado a mejorar nuestra calidad de vida, que se habia deteriorado a causa del stress y las preocupaciones. Tenemos la esperanza de que algo de lo que encuentres aquí, pueda ser de bendición para tu vida, para tu salud y para la de los que amas.

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viernes, 2 de marzo de 2012

El valor de un abrazo



Hoy me desperté pensando en los abrazos, amanecí con ganas de abrazar…
…y de ser abrazado.

Crecí en una familia y en un país donde el abrazo es algo natural.
Mis padres siempre fueron de darnos largos y apretados abrazos, no solo por que la ocasión lo ameritaba, generalmente el abrazo venía porque si nomás.

Abrazados en el sillón mientras mirábamos la tele...
el abrazo de apoyo mientras hacía la tarea...
el abrazo protector caminando por la calle o en el ómnibus...
o ese abrazo impulsivo en el medio de la calle cuando papa llegaba de trabajar. Siempre hubo muchos abrazos en mi vida.

Abrazo, medalla y beso! – Decía mi viejo cuando hacía algo bien.
Un beso, un abrazo y una patada de paso! – Nos decía cuando quería ser cachiai (simpático).

Los uruguayos somos así,  abraceros y también besuqueros. En un encuentro con un amigo en la calle, surge espontáneamente un fuerte abrazo y un beso en la mejilla. El apretón de manos y la palmada en el hombro lo dejamos para relaciones más “serias”, de trabajo o comerciales.
Pero dos uruguayos que no se abrazan, probablemente no sean amigos.

Una de las cosas que más me ha sorprendido en estos 30 años que llevo en Paraguay, es justamente la renuencia del paraguayo a abrazar y a ser abrazado. Hay excepciones, pero en general nuestra sociedad no está acostumbrada al abrazo. Cuando abrazo a alguien que aprecio, me consterna sentir su malestar, todo su cuerpo se pone rígido y su incomodidad es increíble. El abrazo es para muchos una señal de peligro, si es entre personas del mismo sexo es porque sos raro;  si son de sexo opuesto es porque hay algo, y si hay cierta diferencia de edad, cuidate de ese viejo/a.

Prejuicios…  Tontos prejuicios.

Sea como sea, yo creo que debemos estimular la  cultura del abrazo, porque éste tiene un tremendo poder.
Muchas vidas de personas que conozco, están rotas por la falta de abrazos en su historia personal, y es que el abrazo es una de las más grandes y puras manifestaciones del afecto, del cariño y del amor.

A mi casa llegan muchos jóvenes en busca de un abrazo afectuoso, abrazos que sus propios padres no les supieron dar. Observen que un bebe abandonado, no se desarrolla normalmente en los hogares por la falta del estímulo que significa el simple hecho de estar a upa. Upa, es lo mismo que abrazo.
Cada bebé que recibimos en casa, en pocos días cambia hasta el color de su piel por el efecto que le produce el sentirse amado.

Que otra manifestación nos da mas seguridad en nuestra vida que un fuerte abrazo? Ninguna.

Cuando abrazas a alguien, no sólo le estas manifestando tu afecto, estas siendo un embajador del amor de Dios.
Dios necesita de tus brazos para que aquellos que han caído se sientan amados y valorados.
Somos el cuerpo de Cristo, y debemos abrazar a las personas en Su nombre porque la necesidad es muy grande.

Un abrazo puede decir más que un millón de palabras.
Puede aliviar un corazón cansado.
Puede dar nuevas fuerzas a un espíritu caído.
Puede incluso, salvar una vida.

Quizás te cueste abrazar a las personas, pero en el fondo de tu corazón anhelas ese abrazo reparador que alguien alguna vez te negó. Habla con Dios, pídele que rompa tus cadenas, siente Su abrazo de Amor y con Su fuerza y con Su amor ABRAZA.

Abraza primero a tus seres queridos, diles con tus brazos lo mucho que los amas y cuanto les ama DIOS.
Vas a ver que se te van a ir las cosquillas, y vas a poder abrazar a otros, que tanto lo necesitan.

Y si no te cuesta mucho, ABRAZA MAS! Sé fiel con el don que Dios te ha dado!
El Señor te ha dado el don de amar!, repártelo con liberalidad.
Todo el amor que des, lo vas a recibir de nuevo multiplicado por mil.

Personalmente, lo que más me gusta del abrazo, es que cuando lo doy a alguien,
inmediatamente recibo otro abrazo. Hay mucha energía en eso.

Una pequeña reflexión:
Si no quieres abrazar, es porque en verdad tienes temor de exponerte y temor al rechazo.
No temas...

Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
2Timoteo 1:7
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