Bienvenidos

Hola, somos Wilson y Carmen, un matrimonio que hace más de 26 años iniciamos la mayor de las empresas: convivir.

Con tres hijos y un hermoso nieto, podemos decir sin lugar a dudas que nuestro balance al dia de hoy es muy positivo, Dios nos ha bendecido de mil maneras, y a las puertas del medio siglo de vida, estamos en la mejor etapa de nuestra existencia. Por ello creamos este Blog, para compartir con quien las quiera recibir, las bendiciones que Dios nos ha dado a través de Su palabra, y los tips que nos llegan para tener una vida más saludable y placentera.

Y de eso se trata Vivir Mejor, de compartir. Queremos compartir contigo las cosas que nos han llevado a mejorar nuestra calidad de vida, que se habia deteriorado a causa del stress y las preocupaciones. Tenemos la esperanza de que algo de lo que encuentres aquí, pueda ser de bendición para tu vida, para tu salud y para la de los que amas.

Síguenos, quizas encuentres algo que te sirva a ti tambien... y escribenos a wilsondusser@hotmail.com te responderemos con gusto.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

ACCESO LIBRE



Lectura: Efesios 2:11-22.

"Por medio de él los unos y los otros tenemos entrada
por un mismo Espíritu al Padre" Efesios 2:18

En noviembre del 2009, la seguridad de la Casa Blanca fue asombrosamente burlada cuando una pareja ingresó descaradamente en una recepción de estado… e incluso se acercó al presidente de los Estados Unidos lo suficiente como para fotografiarse a poca distancia de él. Por lo general, extensas verificaciones de antecedentes y un escrutinio minucioso de la lista de invitados descartan a quienes no han sido autorizados.

Rara vez pasamos un día en que nuestro acceso a algo no se restrinja de algún modo. Los carteles nos advierten: exclusivo para empleados; no entrar; prohibido pasar; sólo vehículos autorizados. A nadie le gusta que le digan que no es bienvenido, pero lo cierto es que siempre habrá lugares donde nos prohibirán acceder.
Estoy agradecido de que Dios no restrinja quién puede acercarse a Él.

Los que acuden al Señor no encuentran carteles de «Prohibido pasar».
Mediante la oración, Dios el Padre nos permite acceder inmediata y libremente a Él
porque Su Hijo Jesucristo ha abierto el camino para todos los que le reciben (Efe 2:18). «Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados» (Mateo 11:28).
«… al que a mí viene, no le echo fuera» (Juan 6:37).
«Si alguno tiene sed, venga a mí y beba» (7:37).

En cuanto crees en Cristo como Salvador,
puedes disfrutar de una comunión ilimitada.
La puerta está siempre abierta.

Reflexión:
Los hijos de Dios
siempre tienen acceso a Su trono.

martes, 29 de noviembre de 2011

Dios obra en el barro

LEA:  Génesis 2:1-7
Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. —Génesis 2:7

En una novela de los años 50, hay una escena en la que cuatro aldeanos se confiesan sus pecados unos a otros. Uno de los hombres, Michelis, exclama:
«¿Cómo puede Dios dejarnos vivir en la tierra?
¿Por qué no nos mata para purificar la creación?»
«Porque, Michelis —respondió otro de los hombres—,
Dios es un alfarero; trabaja con barro».
 
Esto es lo que Dios hizo literalmente en Génesis.
El soberano Creador formó y moldeó a la humanidad por medio de un diseño único.
Este proceso implicó el tener que diseñar a un hombre del polvo de la tierra.
La palabra formó, en Génesis 2:7, describe la obra de un artista.
Al igual que un alfarero que del barro moldea y diseña un vaso o alguna otra vasija,
el Señor Dios formó a la humanidad de la arcilla.
 
Dios continuó Su obra con el polvo y el barro al soplar
aliento de vida en el hombre y transformarlo en un alma viviente.
Esto hizo del hombre un ser espiritual, con la capacidad de servir
y tener comunión con el Señor.
 
Después del pecado de Adán y Eva, Dios siguió obrando
en el y con el barro al enviar a Su Hijo Jesús a morir por la humanidad,
y así regenerar a aquellos que lo reciben, para que disfruten de la comunión con Él.

Reflexión:
 En señal de gratitud,
usemos nuestras manos
para hacer buenas obras para Su gloria.

lunes, 28 de noviembre de 2011

EL CIRUJANO…


Mañana en la mañana abriré tu corazón le explicaba el cirujano a un niño. Y el niño interrumpió: -¿Usted encontrará a Jesús allí ?

El cirujano se quedó mirándole, y continuó: -Cortaré una pared de tu corazón para ver el daño completo.

Pero cuando abra mi corazón, ¿encontrará a Jesús ahí?, volvió a interrumpir el niño.

El cirujano se volvió hacia los padres, quienes estaban sentados tranquilamente.
 
Cuando haya visto todo el daño allí, planearemos lo que sigue, ya con tu corazón abierto.
 
Pero, ¿usted encontrará a Jesús en mi corazón? La Biblia bien claro dice que Él vive allí. Las alabanzas todas dicen que Él vive allí....
 
¡Entonces usted lo encontrará en mi corazón!
 
El cirujano pensó que era suficiente y le explicó:   

Te diré que encontraré en tu corazón..
 
Encontraré músculo dañado, baja respuesta de glóbulos rojos, y debilidad en las paredes y vasos. Y aparte me daré cuenta si te podemos ayudar o no.
 
¿Pero encontrará a Jesús allí también? Es su hogar, Él vive allí, siempre está conmigo.
 
  El cirujano no toleró más los insistentes comentarios y se fue. Enseguida se sentó en su oficina y procedió a grabar sus estudios previos a la cirugía: aorta dañada, vena pulmonar deteriorada, degeneración muscular cardiaca masiva. Sin posibilidades de trasplante, difícilmente curable.
 
Terapia: analgésicos y reposo absoluto.
 
Pronóstico: tomó una pausa y en tono triste dijo: muerte dentro del primer año. Entonces detuvo la grabadora. Pero, tengo algo más que decir:
¿Por qué? Pregunto en voz alta ¿Por qué hiciste esto a él? Tú lo pusiste aquí, tú lo pusiste en este dolor y lo has sentenciado a una muerte temprana. ¿Por qué?
 
De pronto, Dios, nuestro Señor le contestó:
 
El niño, mi oveja, ya no pertenecerá a tu rebaño porque él es parte del mío y conmigo estará toda la eternidad. Aquí en el cielo, en mi rebaño sagrado, ya no tendrá ningún dolor, será confortado de una manera inimaginable para ti o para cualquiera. Sus padres un día se unirán con él, conocerán la paz y la armonía juntos, en mi reino y mi rebaño sagrado continuará creciendo.
 
El cirujano empezó a llorar terriblemente, pero sintió aun más rencor, no entendía las razones. Y replicó:
 
Tú creaste a este muchacho, y también su corazón ¿Para qué? ¿Para que muera dentro de unos meses?
 
El Señor le respondió: Porque es tiempo de que regrese a su rebaño, su tarea en la tierra ya la cumplió.
 
Hace unos años envié una oveja mía con dones de doctor para que ayudara a sus hermanos, pero con tanta ciencia se olvidó de su Creador.
 
Así que envié a mi otra oveja, el niño enfermo, no para perderlo sino para que regresara a mí aquella oveja perdida hace tanto tiempo.
 
El cirujano lloró y lloró inconsolablemente.
 
Días después, luego de la cirugía, el doctor se sentó a un lado de la cama del niño; mientras que sus padres lo hicieron frente al médico.
 
El niño despertó y murmurando rápidamente preguntó:
 

-¿Abrió mi corazón?
 

Si - dijo el cirujano-
 
-¿Qué encontró? preguntó el niño
 

Tenías razón, encontré allí a Jesús.
 
Dios tiene muchas maneras y formas diferentes para que tu regreses a su lado.
 
Cuando Dios te quita algo de tus manos no te esta castigando, solo esta abriéndote las manos para que recibas algo mejor.
El poder de Dios nunca te llevará donde la gracia de Dios no te pueda proteger. Algo bueno te pasará, algo que tú estabas esperando; por favor, no te des por vencido.

Repite estas palabras:
Dios Padre nuestro, camina dentro de mi casa y llévate todas mis preocupaciones y enfermedades, y por favor protege a toda mi familia en el nombre de Jesús, Amen.


Pasa esta oración a todos tus contactos, ... y mil Bendiciones recibirás.

Está Dios primero en tu vida?

Si es así, deja de hacer lo que estas haciendo y envíalo.

sábado, 26 de noviembre de 2011

Vencer ante la adversidad

Frente a la adversidad no te dejes dominar por tus emociones
y demuestra que tu fundamento es Cristo".



La parábola del buen samaritano está llena de lecciones para nuestra vida. Con ella aprendemos sobre la actitud correcta con quienes nos necesitan.


No debemos ser indiferentes como el sacerdote y el levita que pasaron de largo frente al hombre medio muerto, al contrario, debemos ser como el samaritano quien curó al herido y llevó a un mesón donde pidió que lo atendieran hasta que volviera. Con esta Palabra, el Señor nos instruye para que seamos de aquellos que ayudan al prójimo y, de esa forma, aprovechan la oportunidad que el cielo les da para recibir bendición.



El Señor realmente no se queda con nada y devuelve el ciento por
uno cuando somos generosos, así que muévete a misericordia y
ayuda a tu prójimo.
Por sobre nuestra necesidad están las necesidades de otros y
cuando ayudas, el cielo te da más de lo que esperas.

La parábola también nos enseña sobre la adversidad que puede alcanzarnos a todos, así como alcanzó a ese hombre a quien asaltaron y dejaron mal herido. Los problemas llegan, incluso siendo cristianos y viviendo según los mandamientos del Señor. Al experimentar esas situaciones difíciles, descubrimos tres cosas: la fortaleza de nuestro carácter, el fundamento de nuestra vida y el proceso de transformación que nos hace nuevas personas, mejores o peores, pero siempre diferentes.

Nuestras emociones son lo primero que debemos cuidar al pasar por una situación difícil. Ante una dificultad, nunca te dejes llevar por los impulsos de tu corazón. Contrólate, entrégate en manos del Señor y no blasfemes contra Su amor.
 
Cuando tengas problemas, no seas de esos que reciben la Palabra con gozo pero no echan raíces y no son capaces de mantenerse firmes en la fe ante la prueba. Demuestra que el Señor es el sólido fundamento de tu vida y confías en que te sostendrá en momentos de dificultad. Alábale siempre y en todo momento, aún cuando estés afligido y triste porque Él es quien te sustenta siempre. Debes ser firme en tus convicciones y permitir que Su Palabra eche raíz en tu corazón para que sea tu consuelo en todo momento, incluso cuando otros te digan:

“¿Mira lo que te está pasando, para qué vas a la iglesia?”

En ese momento el cielo, la tierra y el mismo infierno están esperando escuchar lo que responderemos a quien nos habla así, porque podemos pecar contra Dios y cerrarnos la oportunidad de vencer.

La Biblia nos habla de Job, un hombre que perdió todo cuanto tenía. Le robaron su ganado, se quemaron sus tierras y murieron sus hijos ¡todo el mismo día! Sin embargo, él nunca pecó contra Dios, al contrario,lo adoró diciendo que Él da y también puede quitar. Cuídate de no pecar y no te dejes dominar por tus emociones cuando la adversidad toque a tu puerta. Aunque triste, pero confiado, entrégate al Señor para salir fortalecido de cualquier situación.


Tu fe debe ser la roca que fundamenta tu vida en cualquier momento.

Debes ser hombre sensato y prudente que construye su existencia sobre la convicción de que Dios es fiel y cumple Sus promesas, incluso en medio de las dificultades. Además, debes asegurarte de que tu casa también confíe en el Señor, porque no hay nada peor que una familia dividida por los problemas y desorientada por la confusión del mundo.

Tú y tu casa deben poner sus ojos en las promesas de Dios, siempre.

Ellos deben imitarte al ver que enfrentas las dificultades de pie, con fe en un futuro mejor.

Debemos compartir lo que tenemos, especialmente nuestra fe en el Señor, para ayudar a otros a ver a través de Sus ojos y no a través de los ojos del mundo que desea vernos derrotados. Demuestra que tu casa está construida sobre roca fuerte y que crees en Dios quien te ha salvado y te guardará en momentos de dificultad. Recuérdale a todos que siete veces cae el justo y se vuelve a levantar, cuéntale al mundo que todas las cosas te ayudan a bien porque amas a Dios y que por eso, todo lo puedes en Cristo que te fortalece.

Si lo proclamas con seguridad, verás que la fuerza de la fe te levantará y te ayudará a vencer.

Reflexión:


No te apartes del Señor porque a Su lado la tormenta será menos intensa.

Las dificultades siempre vienen pero se van más rápido cuando las soportas junto a tu Padre Celestial.

Cuando enfrentamos problemas sabemos que Dios está trabajando en nosotros, nos está formando para que veamos cumplidas Sus promesas.
Recuerda quela tribulación es momentánea y todo tiene un propósito de bien.
Agradécele al Señor cada momento de tu vida, incluso los difíciles y dolorosos porque son la antesala de la gloria que está por venir.

Asegúrale que Su Palabra 
es tu fundamento
y que tienes fe 
porque a Su lado
eres más que vencedor.

viernes, 25 de noviembre de 2011

UNA VIRTUD ESPECIAL



Lectura: 1 Corintios 9:24-27

"El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza…"
Gálatas 5:22-23

En su libro Food in Medieval Times [Comidas en la Edad Media],
Melitta Adamson escribe sobre los deleites culinarios en la Europa
de aquella época. Carne de animales salvajes, pasteles, budines y
otras comidas exóticas ilustran el placer creativo de preparar alimentos.
Pero con todos estos manjares maravillosos hay un problema:
comer en exceso.

Esta tendencia se agravaba con el calendario cristiano,
colmado de ayunos y de fiestas.
En general, la glotonería seguía a la abstinencia alimentaria.

Para tratar este problema, el teólogo Tomás de Aquino
destacó la cualidad del carácter cristiano de la templanza,
a la que denominaba «una virtud especial».
Consideraba que el dominio propio
debía extenderse a todas las áreas de la vida.

Para el creyente, la templanza o moderación no procede
de una profunda fuerza de voluntad humana,
sino del Espíritu Santo que nos la da:
«El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza…»
(Gálatas 5:22-23).
El dominio propio es esa característica generada por el Espíritu,
que nos capacita para tener «mucha disciplina» (1 Corintios 9:25 NVI).

El exceso de indulgencia en la comida, el descanso, el trabajo, la recreación,
el servicio y una variedad de «cosas buenas» sólo puede corregirse
con el equilibrio de la templanza.
Dedica unos minutos para pedirle a Dios que produzca en ti esta virtud especial.
  Reflexión:
Para tener dominio propio,
deja que te domine el Espíritu.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Tormentoso y Despejado


Lectura: Romanos 8:18-30.

"… esta leve tribulación momentánea…" 2 Corintios 4:17


El otro día me sentía deprimido por algunas circunstancias y
me preguntaba cómo podría levantarme el ánimo.
Saqué de un estante el libro de Susan Lenzkes
"La vida es como sacar miel de una espina", y leí:
«Aceptamos la risa y las lágrimas como vengan, y dejamos que nuestro Dios de la realidad le ponga sentido a todo».


Lenzkes dice que algunas personas son optimistas,
que «acampan en los placeres y en los buenos 
recuerdos»,y que niegan las angustias. 
Otras son pesimistas,
porque «se concentran en las pérdidas de la vida,
y mientras lo hacen, pierden el gozo y la victoria».


Pero las personas de fe son realistas,
«aceptan todo —lo bueno y lo malo de la vida— y,
vez tras vez, prefieren reconocer que Dios
en verdad nos ama y que constantemente obra
para nuestro bien y para Su gloria».

Mientras leía, miré afuera y observé nubes oscuras
y una lluvia persistente.

Poco después, apareció un viento agradable
que se llevó las nubes.
De pronto, el cielo estaba azul brillante.
Las tormentas de la vida vienen y se van del mismo modo.

Por fe, nos aferramos a la promesa que Dios hace
en Romanos 8:28 y recordamos que
«esta leve tribulación momentánea 
produce en nosotros
un cada vez más excelente 
y eterno peso de gloria»
(2 Corintios 4:17).


Dios nos ama y nos está preparando
para el día en que el firmamento
estará para siempre azul.

Reflexión:
Dios promete un aterrizaje seguro,
pero no necesariamente un viaje calmo.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

SABIAMENTE LENTO




Lectura: Juan 8:1-11.

"Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho" Juan 12:50


Cuando los fariseos llevaron ante Jesús a la mujer sorprendida en adulterio y le preguntaron qué hacer con ella, Él se inclinó un momento y escribió en la tierra (Juan 8:6-11). No sabemos qué puso; pero, cuando siguieron preguntándole, el Señor respondió con una breve frase:
«El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella» (v. 7).
Estas pocas palabras produjeron un gran impacto al confrontar a los fariseos con su pecado, ya que se fueron uno tras otro. Aun hoy, esas palabras resuenan en todo el mundo.


Jesús tenía una intimidad tan profunda con Su Padre y una dependencia tal, que dijo de sí mismo: «Lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho» (12:50).
¡Qué maravilloso sería tener una relación tan estrecha con nuestro Padre que supiéramos cómo responder con Su sabiduría!


Quizá esto pueda comenzar a lograrse si obedecemos el desafío de Santiago en cuanto a ser «pronto para oír, tardo para hablar» (1:19).
Esta lentitud no tiene nada que ver con la ignorancia, la indiferencia, la timidez, la culpa ni la vergüenza, sino con el ritmo pausado de la sabiduría que nace de estar serenamente arraigado en el Señor y en Sus pensamientos.


A menudo, se nos dice que nos detengamos y que pensemos antes de hablar, pero yo creo que debemos ir mucho más allá y vivir de manera tal que estemos siempre atentos a la guía de la sabiduría divina.


Reflexión:
Escucha a Dios antes de hablar como Su representante.

martes, 15 de noviembre de 2011

La Camisa



Raúl de 8 años, entró en su casa, después de clase,
pisoteando fuerte y pateando el piso.
Su padre, que se dirigía al fondo, al verlo entrar, lo llamó para hablar.
Raúl lo acompañó desconfiado.

Antes que su padre hablara algo, Raúl dijo irritado:


- Papá, estoy con muchísima rabia.
Joaquín no podría haberme hecho lo que hizo.

Su padre, un hombre sencillo pero sabio, escuchaba a su hijo
mientras ese seguía con su reclamo.


- Joaquín me humilló delante de mis amigos.
¡Me gustaría que le pasase algo malo!


El padre escuchó todo, callado, mientras caminaba
buscando una gran  bolsa de carbón.

Llevó la bolsa hasta el fondo y le dijo a Raúl:

- Hijo, quiero hacerte una propuesta.
Imaginemos que aquella camisa blanca que está en el tendal
es tu amigo Joaquín y que cada trozo de carbón
es un pensamiento malo que tu le envías.
Quiero que tires todo ese carbón en la camisa,
hasta el último trozo y dentro un rato vuelvo para ver como quedó.


Al niño le pareció un divertido juego,
la camisa estaba colgada lejos y pocos trozos acertaban al blanco.
El padre que miraba todo, le preguntó:


- Hijo, ¿como estás ahora?


- Estoy cansado,
pero feliz porque acerté unos cuantos trozos de carbón en la camisa.


El padre miró a su hijo, que no entendía la razón de aquél juego, y dijo:


- Ven, quiero que veas una cosa.


El hijo fue hasta el cuarto y se miró en un gran espejo. ¡Que susto! Raúl solo conseguía ver sus dientes y ojos. Su padre, entonces, le dijo:


- Viste que la camisa casi no se ensució....
pero fíjate en ti mismo, estás negro de carbón.
Las cosas malas que deseamos a los otros son como lo que te pasó a ti.
Aunque consigamos perturbar la vida de alguien con nuestros pensamientos,
los residuos de esos se quedan siempre en nosotros mismos.


Reflexión:
El rencor ensucia tu corazón,
el perdón lo purifica.


Mateo 5:44

Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos,
bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen,
y orad por los que os ultrajan y os persiguen.

Lucas 6:31

Y como queréis que hagan los hombres con vosotros,
así también haced vosotros con ellos.