Lectura: Romanos 8:18-30.
"… esta leve tribulación momentánea…" 2 Corintios 4:17
El otro día me sentía deprimido por algunas circunstancias y
me preguntaba cómo podría levantarme el ánimo.
Saqué de un estante el libro de Susan Lenzkes
"La vida es como sacar miel de una espina", y leí:
«Aceptamos la risa y las lágrimas como vengan, y dejamos que nuestro Dios de la realidad le ponga sentido a todo».
Lenzkes dice que algunas personas son optimistas,
que «acampan en los placeres y en los buenos
"… esta leve tribulación momentánea…" 2 Corintios 4:17
El otro día me sentía deprimido por algunas circunstancias y
me preguntaba cómo podría levantarme el ánimo.
Saqué de un estante el libro de Susan Lenzkes
"La vida es como sacar miel de una espina", y leí:
«Aceptamos la risa y las lágrimas como vengan, y dejamos que nuestro Dios de la realidad le ponga sentido a todo».
Lenzkes dice que algunas personas son optimistas,
que «acampan en los placeres y en los buenos
recuerdos»,y que niegan las angustias.
Otras son pesimistas,
porque «se concentran en las pérdidas de la vida,
y mientras lo hacen, pierden el gozo y la victoria».
Pero las personas de fe son realistas,
«aceptan todo —lo bueno y lo malo de la vida— y,
vez tras vez, prefieren reconocer que Dios
en verdad nos ama y que constantemente obra
para nuestro bien y para Su gloria».
Mientras leía, miré afuera y observé nubes oscuras
y una lluvia persistente.
Poco después, apareció un viento agradable
que se llevó las nubes.
De pronto, el cielo estaba azul brillante.
Las tormentas de la vida vienen y se van del mismo modo.
Por fe, nos aferramos a la promesa que Dios hace
en Romanos 8:28 y recordamos que
«esta leve tribulación momentánea
porque «se concentran en las pérdidas de la vida,
y mientras lo hacen, pierden el gozo y la victoria».
Pero las personas de fe son realistas,
«aceptan todo —lo bueno y lo malo de la vida— y,
vez tras vez, prefieren reconocer que Dios
en verdad nos ama y que constantemente obra
para nuestro bien y para Su gloria».
Mientras leía, miré afuera y observé nubes oscuras
y una lluvia persistente.
Poco después, apareció un viento agradable
que se llevó las nubes.
De pronto, el cielo estaba azul brillante.
Las tormentas de la vida vienen y se van del mismo modo.
Por fe, nos aferramos a la promesa que Dios hace
en Romanos 8:28 y recordamos que
«esta leve tribulación momentánea
produce en nosotros
un cada vez más excelente
un cada vez más excelente
y eterno peso de gloria»
(2 Corintios 4:17).
Dios nos ama y nos está preparando
para el día en que el firmamento
estará para siempre azul.
Reflexión:
Dios promete un aterrizaje seguro,
pero no necesariamente un viaje calmo.
(2 Corintios 4:17).
Dios nos ama y nos está preparando
para el día en que el firmamento
estará para siempre azul.
Reflexión:
Dios promete un aterrizaje seguro,
pero no necesariamente un viaje calmo.
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