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Hola, somos Wilson y Carmen, un matrimonio que hace más de 26 años iniciamos la mayor de las empresas: convivir.

Con tres hijos y un hermoso nieto, podemos decir sin lugar a dudas que nuestro balance al dia de hoy es muy positivo, Dios nos ha bendecido de mil maneras, y a las puertas del medio siglo de vida, estamos en la mejor etapa de nuestra existencia. Por ello creamos este Blog, para compartir con quien las quiera recibir, las bendiciones que Dios nos ha dado a través de Su palabra, y los tips que nos llegan para tener una vida más saludable y placentera.

Y de eso se trata Vivir Mejor, de compartir. Queremos compartir contigo las cosas que nos han llevado a mejorar nuestra calidad de vida, que se habia deteriorado a causa del stress y las preocupaciones. Tenemos la esperanza de que algo de lo que encuentres aquí, pueda ser de bendición para tu vida, para tu salud y para la de los que amas.

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miércoles, 16 de noviembre de 2011

SABIAMENTE LENTO




Lectura: Juan 8:1-11.

"Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho" Juan 12:50


Cuando los fariseos llevaron ante Jesús a la mujer sorprendida en adulterio y le preguntaron qué hacer con ella, Él se inclinó un momento y escribió en la tierra (Juan 8:6-11). No sabemos qué puso; pero, cuando siguieron preguntándole, el Señor respondió con una breve frase:
«El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella» (v. 7).
Estas pocas palabras produjeron un gran impacto al confrontar a los fariseos con su pecado, ya que se fueron uno tras otro. Aun hoy, esas palabras resuenan en todo el mundo.


Jesús tenía una intimidad tan profunda con Su Padre y una dependencia tal, que dijo de sí mismo: «Lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho» (12:50).
¡Qué maravilloso sería tener una relación tan estrecha con nuestro Padre que supiéramos cómo responder con Su sabiduría!


Quizá esto pueda comenzar a lograrse si obedecemos el desafío de Santiago en cuanto a ser «pronto para oír, tardo para hablar» (1:19).
Esta lentitud no tiene nada que ver con la ignorancia, la indiferencia, la timidez, la culpa ni la vergüenza, sino con el ritmo pausado de la sabiduría que nace de estar serenamente arraigado en el Señor y en Sus pensamientos.


A menudo, se nos dice que nos detengamos y que pensemos antes de hablar, pero yo creo que debemos ir mucho más allá y vivir de manera tal que estemos siempre atentos a la guía de la sabiduría divina.


Reflexión:
Escucha a Dios antes de hablar como Su representante.

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