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Hola, somos Wilson y Carmen, un matrimonio que hace más de 26 años iniciamos la mayor de las empresas: convivir.

Con tres hijos y un hermoso nieto, podemos decir sin lugar a dudas que nuestro balance al dia de hoy es muy positivo, Dios nos ha bendecido de mil maneras, y a las puertas del medio siglo de vida, estamos en la mejor etapa de nuestra existencia. Por ello creamos este Blog, para compartir con quien las quiera recibir, las bendiciones que Dios nos ha dado a través de Su palabra, y los tips que nos llegan para tener una vida más saludable y placentera.

Y de eso se trata Vivir Mejor, de compartir. Queremos compartir contigo las cosas que nos han llevado a mejorar nuestra calidad de vida, que se habia deteriorado a causa del stress y las preocupaciones. Tenemos la esperanza de que algo de lo que encuentres aquí, pueda ser de bendición para tu vida, para tu salud y para la de los que amas.

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martes, 29 de noviembre de 2011

Dios obra en el barro

LEA:  Génesis 2:1-7
Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. —Génesis 2:7

En una novela de los años 50, hay una escena en la que cuatro aldeanos se confiesan sus pecados unos a otros. Uno de los hombres, Michelis, exclama:
«¿Cómo puede Dios dejarnos vivir en la tierra?
¿Por qué no nos mata para purificar la creación?»
«Porque, Michelis —respondió otro de los hombres—,
Dios es un alfarero; trabaja con barro».
 
Esto es lo que Dios hizo literalmente en Génesis.
El soberano Creador formó y moldeó a la humanidad por medio de un diseño único.
Este proceso implicó el tener que diseñar a un hombre del polvo de la tierra.
La palabra formó, en Génesis 2:7, describe la obra de un artista.
Al igual que un alfarero que del barro moldea y diseña un vaso o alguna otra vasija,
el Señor Dios formó a la humanidad de la arcilla.
 
Dios continuó Su obra con el polvo y el barro al soplar
aliento de vida en el hombre y transformarlo en un alma viviente.
Esto hizo del hombre un ser espiritual, con la capacidad de servir
y tener comunión con el Señor.
 
Después del pecado de Adán y Eva, Dios siguió obrando
en el y con el barro al enviar a Su Hijo Jesús a morir por la humanidad,
y así regenerar a aquellos que lo reciben, para que disfruten de la comunión con Él.

Reflexión:
 En señal de gratitud,
usemos nuestras manos
para hacer buenas obras para Su gloria.

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